La elección de un pavimento cerámico no solo depende del diseño, la calidad o la resistencia del material, sino también de cómo se perciben sus colores y texturas en diferentes condiciones de iluminación. La luz puede modificar por completo la apariencia de un suelo, influyendo en la percepción del espacio y en la armonía del diseño interior.

La luz natural vs. la luz artificial

Uno de los factores más importantes a considerar es la fuente de luz. La luz natural, cambiante a lo largo del día, puede hacer que los colores del pavimento varíen sutilmente en función de la hora y la orientación de la estancia. En cambio, la luz artificial proporciona una iluminación constante, pero dependiendo de su temperatura de color (cálida, neutra o fría), puede alterar la tonalidad percibida del material.

  • Luz cálida (2700K – 3500K): Tiende a resaltar tonos beige, tierras y dorados, generando una sensación acogedora.
  • Luz neutra (4000K – 4500K): Proporciona un equilibrio más fiel a la luz natural, sin modificar excesivamente los colores originales.
  • Luz fría (5000K – 6500K): Puede intensificar los tonos grises y azules, dando un aspecto más moderno, pero también más sobrio o frío.

La influencia de la dirección de la luz

La dirección desde la que incide la luz sobre un pavimento cerámico también afecta su percepción.

  • Luz cenital (desde arriba): Distribuye la iluminación de manera uniforme, reduciendo sombras y resaltando menos las texturas.
  • Luz lateral (desde ventanas o focos bajos): Proyecta sombras y acentúa la rugosidad y los relieves del material, dando mayor profundidad a los detalles.
  • Iluminación puntual: Concentra la atención en ciertas áreas, ideal para resaltar zonas con diseños o patrones específicos.

Reflexión y acabado superficial

El acabado de un pavimento cerámico también interactúa con la luz de manera distinta:

  • Superficies brillantes: Reflejan más la luz, creando un efecto luminoso y dando sensación de amplitud, pero también pueden generar reflejos no deseados.
  • Acabados mate: Absorben más la luz, ofreciendo una apariencia más sólida y homogénea, ideal para ambientes cálidos y modernos.
  • Texturas rugosas: Acentúan el juego de luces y sombras, destacando las características naturales del material.

Para una correcta elección del pavimento cerámico, es recomendable observarlo bajo diferentes condiciones de luz antes de su instalación.

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